Revisores: Esparza Olcina MJ, Aizpurua Galdeano P.
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Objetivo: estudiar si ser víctima de acoso escolar frecuente durante la infancia aumenta el riesgo de autolesiones en la adolescencia e identificar a los niños que tienen más riesgo.
Diseño: estudio de cohortes (Environmental Risk Longitudinal Twin Study). Los niños participantes fueron seguidos desde los 5 hasta los 12 años de edad.
Emplazamiento: comunitario. Estudio poblacional realizado en Inglaterra y Gales (Reino Unido).
Población de estudio: está formada por 1116 familias con gemelos nacidos en 1994-1995, es decir, 2232 niños. Un 55% de los gemelos eran homocigotos y un 45% heterocigotos. Es una muestra probabilística nacional con sobrerrepresentación de familias con hijos con riesgo elevado para presentar comportamiento disruptivo. El 96% de los participantes completaron el estudio.
Evaluación del factor de riesgo: se valoró la existencia de acoso escolar mediante entrevista a la madre cuando los niños tuvieron siete y diez años, y en entrevistas separadas a las madres y a los adolescentes en el control de los 12 años. Primero se hicieron preguntas estructuradas para detectar si había habido acoso y, posteriormente, se les pidió que expresaran lo que había sucedido de forma libre. Más tarde, un investigador independiente verificó que había existido acoso, definido como evidencia de maltrato repetido entre niños en el que hay un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Se recogieron también otros posibles factores de confusión: maltrato físico o sexual por parte de un adulto, cociente intelectual del niño, existencia de problemas de interiorización (depresión/ansiedad) o exteriorización (agresividad o comportamiento delictivo), TDAH, problemas psiquiátricos, familiares con intento de suicidio y bajo nivel socioeconómico.
Medición del resultado: en la entrevista a las madres a los 12 años se les preguntó si sus hijos se habían autolesionado o habían intentado suicidarse en los seis meses anteriores. Si la respuesta fue afirmativa se les pidió que explicaran qué había pasado. Un investigador independiente revisó posteriormente las respuestas para verificar que los hechos recogidos eran claramente un acto de autolesión.
Resultados principales: el 11,2% de los adolescentes (237/2124) refirieron haber sido víctimas de acoso con mucha frecuencia. De los 62 niños (2,9%) que refirieron haberse autolesionado más de la mitad habían sufrido acoso. La existencia de acoso se asoció con un aumento del riesgo de autolesión a los 12 años, tanto si era referida por la madre (riesgo relativo [RR]: 3,53; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 2,10 a 5,93) como por los propios adolescentes (RR: 3,33; IC 95%: 1,91 a 5,82). Tuvieron más riesgo de autolesionarse los niños que, además del acoso, habían sufrido maltrato por adultos, tenían personalidad límite, depresión, síntomas psicóticos o algún familiar con intento de suicidio.
Conclusión: ser víctima de acoso escolar aumenta el riesgo de autolesionarse en la adolescencia temprana.
Conflicto de intereses: no existe.
Fuente de financiación: Medical Research Council (MRC; G9806489 and G1002190). Financiación adicional por Economic and Social Research Council (RES-177-25-0013), US National Institute of Child Health and Human Development (HD061298), US National Institute of Mental Health (MH077874), British Academy, Nuffield Foundation, y Jacobs Foundation.
Justificación: el acoso escolar es un problema grave y frecuente, que ya ha sido objeto repetidamente de valoraciones críticas en esta revista1-3, y también tiene una amplia difusión en la prensa. Es un problema ubicuo y antiguo, no obstante ha sido tolerado por la sociedad como algo inevitable. Sus consecuencias pueden ser dramáticas porque, aparte de problemas psicológicos, los niños acosados tienen ideas suicidas que pueden llegar a materializarse. Este estudio aborda la influencia del acoso escolar en las conductas autolesivas y el suicidio en niños de 12 años.
Validez y rigor científico: estudio de cohortes bien diseñado con un alto seguimiento a los 12 años (96%). La muestra para este estudio (E-Risk sample, N = 1116 familias de gemelos) tiene, según los autores, una sobrerrepresentación de familias con niños de alto riesgo para conducta disruptiva. Esto disminuye su validez externa ya que esta población probablemente no es comparable a la población general al ser de más "riesgo". El factor de riesgo (acoso) y la medida de efecto (autolesión) están bien definidas. Se recogen mediante entrevista estructurada y libre, además un investigador cegado valida los datos. Los resultados se presentan controlados por los factores de confusión. La influencia del ambiente sociofamiliar queda correctamente estudiada al tratarse de gemelos que conviven, por tanto están inmersos en el mismo ambiente. El seguimiento queda interrumpido a los 12 años, no obstante, los resultados obtenidos son robustos, pudiendo esperarse que fueran todavía más significativos si el estudio abarcase toda la adolescencia.
Importancia clínica: el acoso escolar incrementa el riesgo de autolesionarse entre 2,5 y 3,5 veces, siendo atribuible a dicho antecedente el 42,8% de las lesiones (IC 95: 23,1 a 57,5). Este efecto es altamente relevante dada la edad de los niños, ya que se consideraron autolesiones los cortes o mordeduras en los brazos, arrancamiento de mechones de pelo, golpear la cabeza contra una pared y tentativa de suicidio por estrangulamiento. Otros estudios coinciden en apuntar un mayor riesgo de autolesiones en adolescentes que han sufrido acoso escolar4, aunque dichas estimaciones podrían ser sesgadas por proceder de estudio transversales.
Aplicabilidad a la práctica clínica: los resultados de este estudio parecen generalizables, aunque no pueden aplicarse directamente a nuestro medio, por las peculiaridades de riesgo de la muestra de estudio. Son cuantitativamente tan importantes que deben orientarnos hacia no minusvalorar los indicios que pueden aparecer en la entrevista clínica sobre el posible acoso escolar que pueden estar sufriendo nuestros pequeños pacientes. El abordaje del problema es multiprofesional desde la escuela3, los servicios sociales, servicios de salud mental, las autoridades y también la sanidad.
Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.
Esparza Olcina MJ, Aizpurua Galdeano P. Los escolares acosados tienen más riesgo de autolesionarse en la adolescencia. Evid Pediatr. 2012;8:60
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