Revisores: González Rodríguez MP, Aizpurua Galdeano P.
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Objetivo: evaluar si la deficiencia leve de yodo en el primer trimestre del embarazo se asocia con un efecto adverso en el desarrollo cognitivo de los niños.
Diseño: estudio de cohortes (estudio longitudinal Avon de padres e hijos).
Emplazamiento: estudio poblacional realizado en Avon, Inglaterra.
Población de estudio: se seleccionaron 1040 mujeres con un embarazo único de las que se dispusiera de una muestra de orina del primer trimestre (≤13 semanas de gestación, mediana diez semanas, rango intercuartílico [RIQ] 9-12), una medida del cociente intelectual (CI) de los hijos a la edad de ocho años y una valoración de su capacidad lectora a los nueve años. Se excluyeron del estudio 82 mujeres.
Evaluación del factor de riesgo: se midió la concentración de yodo en muestras de orina almacenadas (corregida por la concentración de creatinina). Se consideraron adecuados los niveles superiores a 150 µg/g, de acuerdo con lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud para el embarazo a nivel poblacional. Se evaluaron dos subgrupos: las mujeres con niveles inferiores a 50 µg/g (deficiencia grave) y aquellas con niveles entre 50 y 150 µg/g (deficiencia de leve a moderada).
Medición del resultado: se evaluó el cociente intelectual (CI) de los hijos a los ocho años de edad mediante una escala de inteligencia de Wechsler para niños abreviada. Se valoró la capacidad verbal, la manipulativa y la puntuación total. Asimismo, un psicólogo entrenado valoró su capacidad de lectura mediante la prueba de lectura de Neale y lectura de palabras reales a los nueve años. Se valoró el número de palabras leídas por minuto, la precisión, la comprensión y la puntuación lectora total. Se definieron como subóptimas las puntuaciones del cuartil inferior.
Resultados principales: la mediana del cociente yodo/creatinina fue 110 µg/g (RIQ 74-170), por lo que el grupo estudiado se clasificó como deficiente leve a moderado. El 67% de las mujeres (646) tuvio niveles inferiores a 150 µg/g, y el 33% (312), valores superiores a 150 µg/g.
Después del ajuste por factores de confusión, los hijos de mujeres con un cociente yodo/creatinina menor de 150 µg/g tuvieron más probabilidad de presentar puntuaciones en el cuartil más bajo de CI verbal (odds ratio [OR] 1,58; intervalo de confianza del 95% [IC 95%] 1,09 a 2,30), precisión en la lectura (OR 1,69; IC 95% 1,15 a 2,49) y comprensión de la lectura (OR 1,54; IC 95% 1,06 a 2,23) que los de las madres con un cociente de 150 µg/g o mayor. No hubo diferencias significativas en las otras mediciones ni en las puntuaciones globales. Las puntuaciones fueron peores en el grupo con deficiencia grave (<50 µg/g).
Conclusión: el estudio muestra la importancia de los niveles adecuados de yodo durante la gestación temprana y hace hincapié en el riesgo que la deficiencia de yodo puede representar para el bebé en desarrollo, incluso en un país clasificado como solo ligeramente yodo-deficiente. La deficiencia de yodo en las mujeres embarazadas en el Reino Unido debe ser tratada como un importante problema de salud pública.
Conflicto de intereses: no existe.
Fuente de financiación: ninguna.
Justificación: durante el embarazo es necesario un aporte adecuado de yodo para un desarrollo fetal normal. Los efectos adversos del déficit de yodo grave son bien conocidos, pero los efectos potenciales de un déficit de leve a moderado durante el embarazo no están claros. Algunos estudios han descrito defectos neuropsicológicos menores en hijos de madres expuestas a un déficit de yodo de leve a moderado durante el embarazo1,2.
Validez o rigor científico: la cohorte estudiada es una submuestra de la cohorte original de Avon. No se detalla su método de selección y la submuestra resultante es algo diferente de la original. La medición de la exposición se basó únicamente en una determinación de yoduria en el primer trimestre. Sin embargo, aspectos importantes, como los niveles de tiroxina en la madre, o la ingesta de yodo del propio niño durante su infancia, no se tuvieron en cuenta. Se analizan los factores de confusión y se realiza análisis de sensibilidad.
La relación de asociación entre la exposición y el resultado es significativa, aunque no en todos los ítems medidos y con unos límites inferiores de los intervalos de confianza cercanos a la unidad.
El estudio se realizó en el Reino Unido, país considerado como yodo-deficiente, lo que debe tenerse en cuenta al aplicar sus conclusiones en otros países.
Importancia clínica: la deficiencia de yodo en el primer trimestre de gestación, medida por la eliminación urinaria de yodo, se asoció en este estudio con una disminución de la puntuación en algunos aspectos del rendimiento lector y del CI verbal en los niños de 8-9 años. Así, cuando el nivel de yodo de la madre fue menor de 150 µg/g, aumentó el riesgo de tener un CI verbal en el cuartil inferior (OR 1,58; IC 95% 1,09 a 2,30), aunque no se afectó el manipulativo ni el total. La capacidad lectora se afectó en la precisión y la comprensión (OR 1,54; IC 95% 1,06 a 2,23) pero no se afectaron las palabras leídas por minuto ni la puntuación lectora global. La fracción atribuible en los expuestos fue de 0,32 (IC 95% 0,12 a 0,47) para el CI verbal y de 0,29 (IC 95% 0,08 a 0,45) para la compresión lectora. Esto significa que, en el grupo de niños cuyas madres tuvieron un nivel de yodo menor de 150 µg/g (expuestos), el 32% de los casos de CI verbal bajo y el 29% de los de compresión lectora baja se deberían al déficit de yodo*.
Los resultados están en línea con los de otros estudios que relacionan la yoduria durante el embarazo con variaciones en el rendimiento académico1,2 y apuntan a que la disminución de los niveles de yodo en el embarazo, incluso sin ser muy bajos, puede repercutir en el rendimiento académico de los hijos.
Aplicabilidad en la práctica clínica: la ingesta de yodo es importante, especialmente durante el embarazo. Incluso déficits de yodo intermedios podrían repercutir en el rendimiento académico de los niños. Es importante que cada país conozca su situación respecto a los niveles de yodo de su población y, en caso de déficit, tome las medidas de salud pública pertinentes (en general, mediante el aporte de yodo en productos alimentarios, especialmente en la sal)4. Se debería recomendar a las embarazadas una dieta que cubra sus necesidades de yodo. Respecto al aporte de suplementos de yodo a las embarazadas, existe en España una gran controversia, con posiciones a favor5 y en contra6.
Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.
*Datos calculados por las autoras.
González Rodríguez MP, Aizpurua Galdeano MP. El yodo durante el embarazo realmente importa. Evid Pediatr. 2014;10:11.
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