Autor: Martínez González C.
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Valorar los problemas de salud mental (SM) en la infancia tiene importancia tanto para determinar su prevalencia, como para evaluar la percepción subjetiva de calidad de vida (CVRS)1.
Hay pocos estudios poblacionales que relacionen SM y nivel socioeconómico en población infantil. Los autores de este trabajo, que han publicado anteriormente sobre desigualdades sociales y SM2, refieren que es el primero que se realiza en España con estas características.
El trabajo analiza una muestra importante de 6414 niños y adolescentes de 4 a 15 años de edad, a través de las versiones para padres del cuestionario de SM Strengths and Difficulties Questionnaire (SDQ) y del Kidscren-103. Concluyen que hay peor SM en los hijos de madres con menor nivel educativo y clase social más desfavorecida. Un gradiente social que, sin embargo, no encuentran desde la perspectiva subjetiva.
En relación a la recogida de datos, cabe decir que obtener información sobre SM a través de una encuesta poblacional es arriesgado, porque valorar la SM debe ser un acto médico especialmente individualizado y personalizado. Requiere escuchar al paciente incluso en más de una ocasión: bastante más que una encuesta influida por los estados subjetivos del encuestado y del encuestador. En este sentido, si se constata que la falta de tiempo y la sobrecarga asistencial interfieren negativamente especialmente en las consultas relacionadas con la SM, es pertinente pensar que una encuesta poblacional telefónica probablemente solo será una aproximación al problema.
Por otro lado, es importante señalar que los datos no se obtienen encuestando a los propios niños o adolescentes, a pesar de ser un criterio prioritario para los cuestionarios de calidad de vida4,5. Sin embargo, a las edades estudiadas (8-15 años) se pueden recoger directamente los datos subjetivos y, atendiendo a criterios éticos, se debe contar con ellos reconociendo su condición de sujetos con capacidad y derecho a expresar opiniones en asuntos que les conciernen, según recoge el artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño.
Salvando estas objeciones, el estudio induce a pensar que la percepción subjetiva de la calidad de vida no depende tanto de los datos objetivos relacionados con las desigualdades sociales (al menos en un país desarrollado), como de nuestra racionalización desde una perspectiva adulta, puesto que los niños parece que no lo perciben.
Martínez González C. Salud mental y calidad de vida relacionada con la salud en los niños ante la desigualdad social. Evid Pediatr. 2013;9:32.
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