Revisor: González Rodríguez MP.
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Objetivo: determinar: 1º. la conformidad de los médicos con la recomendación de realizar pruebas de cribado de drogas en orina en el domicilio y la escuela y con las guías que desaconsejan realizarlas sin el consentimiento del adolescente; 2º. en que circunstancias recomiendan solicitarlas; 3º. la actuación ante un resultado positivo.
Diseño: estudio transversal. Cuestionario autocumplimentado por una muestra representativa de médicos de atención primaria que atendían adolescentes, realizado entre abril y julio de 2004.
Emplazamiento: consultas de atención primaria de Estados Unidos
Población de estudio: muestra representativa nacional de 1.085 médicos miembros de la American Academy of Pediatrics (AAP), de la Society for Adolescent Medicine (SAM) y de la American Academy of Family Physicians (AAFP), que atendían en sus consultas un promedio de 10 o más adolescentes por semana.
Intervención: cuestionario con 41 apartados que valoraba: grado de conformidad con el análisis de drogas en la escuela (3 preguntas), con qué frecuencia recomendaba la realización en casa (1 pregunta), grado de conformidad con el análisis de drogas en la consulta (6 preguntas), el seguimiento en caso de resultados positivos (4 preguntas) y el conocimiento de las guías publicadas (2 preguntas).
Medición del resultado: se asociaron las variables que expresaban acuerdo (estoy muy de acuerdo con estoy de acuerdo) y las variables que valoraban la práctica (en todos los casos y en la mayoría de los casos). Se calculó la frecuencia de las variables descriptivas. Para estudiar la asociación de las respuestas con los caracteres demográficos se utilizó la prueba de Chi cuadrado. Se realizaron análisis de regresión logística para cada actitud y práctica. Se calculó la odds ratio (OR) ajustada y el intervalo de confianza del 95% (IC 95%).
Resultados principales: completaron la encuesta 359 médicos (43% del total tras eliminar 168 ilegibles). Se describieron los resultados de los diferentes apartados:
Conclusión: existe poca uniformidad entre los médicos en cuanto a las indicaciones y el seguimiento de las pruebas de detección de drogas en orina en la población adolescente, aunque existe acuerdo entre la mayoría en cuanto a no realizarlas como método de cribado.
Conflicto de interés: no declarado.
Fuente de financiación: estudio financiado con una beca de la Robert Wood Johnson Foundation Substance Abuse PolicyResearch Program. El doctor Knight recibió dos becas:K07 AA013280 del National Institute on Alcohol Abuse y Alcoholism y 1 T21 MC 000122 del Maternal and Child Health Bureau.
Justificación: el consumo de sustancias entre los jóvenes es un problema de salud pública, tanto por su incremento como por el descenso de la edad de inicio, con el que los profesionales sanitarios se encuentran cada vez más en sus consultas. Según datos del Informe del Observatorio Nacional sobre Drogas del estudio realizado en España en el año 20041, durante los últimos 10 años se ha producido un descenso del consumo de algunas drogas como heroína, y se ha incrementado el de otras como cocaína y cannabis. Entre los estudiantes de 14-18 años la prevalencia del consumo de cannabis en los 12 meses previos a la encuesta pasó de 18,2% en 1994 a 36,8% en 2002. El consumo de cocaína en los 12 meses previos pasó de 1,8% en 1994 a 7,2% en 2004. Además se ha producido una disminución de la edad de inicio del consumo de tabaco, cannabis, extasis y heroína.
La detección de drogas en orina puede considerarse una herramienta más de la que disponen los médicos para el diagnóstico de los jóvenes con sospecha de consumo de drogas. Conocer la opinión de los médicos acerca de la utilización de esta técnica en la consulta puede ser de utilidad a la hora de elaborar estrategias para tratar esta patología emergente.
Validez o rigor científico: aunque el estudio se abordó mediante una estrategia multimodal, enviando el cuestionario por correo y contactando por teléfono y correo electrónico con el objeto de obtener el mayor numero de respuestas posibles, el porcentaje obtenido (43%) fue bajo, lo que disminuye la representatividad de la muestra. Los autores no ofrecen datos de los que no responden en comparación con los que sí. Conocer esto hubiera sido de interés, pues la no respuesta podría deberse a diversos factores tales como consultas muy saturadas, entorno en el que se realiza la consulta y otras variables que podrían modificar los resultados.
Relevancia clínica: al tratarse de preguntas cerradas no es posible conocer el motivo por el cual los médicos no están de acuerdo con la determinación de drogas en orina como prueba de cribado, o porqué más de la mitad no estarían de acuerdo en realizarlas en la consulta incluso ante la sospecha clínica. Esto podría ser debido a varios motivos como el desconocimiento de la interpretación de los resultados, la disponibilidad de otras herramientas de valoración o a cuestiones médico legales. Estos factores se han descrito en estudios previos que describen el limitado conocimiento de los médicos acerca de los estudios de drogas en orina2. Por otra parte, como herramienta diagnóstica, se ha demostrado la utilidad de las escalas de preguntas estandarizadas para conocer el consumo de sustancias en la población joven3.
Aplicabilidad en la práctica clínica: los médicos tienen que tomar decisiones en la consulta para el seguimiento de los adolescentes en los que exista la sospecha de consumo de drogas. La determinación de drogas en la orina debe realizarse con el consentimiento del joven y dentro del contexto de una valoración global. La interpretación de los resultados deberá ir acompañada del conocimiento de lo que implica una prueba positiva ya que puede tratarse de un consumo mínimo, problemático, abuso o dependencia, lo que conlleva diferentes actuaciones.
Por otro lado la realización de pruebas de cribado de drogas en orina en jóvenes en la población general, no cuenta con la conformidad de los médicos, lo que unido a que no hay estudios que demuestren su efectividad, no parece ser un método apropiado.
Es necesario que las sociedades elaboren guías apoyadas en la evidencia4, con el fin de ayudar a los médicos a desarrollar estrategias efectivas en la prevención del consumo de drogas y en la identificación de los adolescentes de riesgo que se podrían beneficiar de tratamiento.
González Rodríguez MP. Los médicos no están de acuerdo con que a los adolescentes se les realicen análisis de drogas en orina como método de cribado. Evid Pediatr. 2006;2:22.
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