Revisores: Ibáñez Pradas V, Martín Muñoz P.
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Objetivo: evaluar si las instrucciones adicionales proporcionadas en Urgencias mediante vídeo resultan en una mejor comprensión del cuadro clínico, su tratamiento y su seguimiento respecto a las instrucciones escritas.
Diseño: ensayo clínico aleatorizado.
Emplazamiento: hospitalario. Servicio de Urgencias del Medical College de Georgia, Augusta (EE. UU.).
Población de estudio: cuidadores de pacientes con edades entre los 29 días y los 18 años que consultaron en Urgencias por sibilancias o exacerbación de asma, fiebre o vómitos y/o diarrea. Se excluyeron los casos con situación crítica a su llegada, admitidos para ingreso hospitalario o con otros diagnósticos al alta, así como aquellos cuidadores de habla no inglesa. Se reclutaron un total de 436 casos, de los que se perdieron para el seguimiento 95 (21,78%). Los grupos fueron comparables en cuanto a sus características sociodemográficas.
Intervención: se realizó una aleatorización por bloques (no se especifica mediante qué sistema) en grupos de diez para la asignación al grupo de información escrita o en vídeo. Se reclutaron 220 casos con fiebre, 136 con vómitos/diarrea y 80 con sibilancias/asma. Estudiantes de Medicina previamente instruidos estuvieron en el departamento de Urgencias entre las 13:00 y las 23:30 horas y fueron los encargados de proporcionar la información tras la atención médica, bien en soporte papel, bien con la exposición de un vídeo de tres minutos de duración. Tras ver el vídeo o leer la documentación entregada, se recogió información sociodemográfica de los cuidadores. Antes del alta se entregó a ambos grupos el correspondiente informe de alta con instrucciones escritas.
Medición del resultado: variable principal: puntuación obtenida en un cuestionario verbal con cinco preguntas referentes al diagnóstico, tratamiento y seguimiento del paciente (máximo 20 puntos). El cuestionario se realizó en dos ocasiones: antes del alta y telefónicamente entre el segundo y el quinto día desde la visita a Urgencias.
Resultados principales: de forma global, los cuidadores informados mediante vídeo obtuvieron puntuaciones significativamente superiores, tanto en Urgencias (12,2 frente a 8,9) como en el control telefónico posterior (11,1 frente a 7,8). Analizados por enfermedades, la diferencia se mantuvo en los atendidos por fiebre (13,1 frente a 9,1 en Urgencias; 11,5 frente a 7,5 en domicilio), y por vómitos/diarrea (11,2 frente a 7,6 en Urgencias; 10,2 frente a 7,1 en domicilio); pero no en el grupo con sibilancias/asma (11,5 frente a 10,5 en Urgencias; 11,4 frente a 9,9 en domicilio).
Conclusión: la utilización de unas breves instrucciones en vídeo como complemento a la información escrita proporcionada en Urgencias resulta en una mejor comprensión tanto en Urgencias como en los días posteriores, en comparación con la información escrita habitual.
Conflicto de intereses: no existe.
Fuente de financiación: no consta.
Justificación: parece claro que el grado de comprensión del paciente o su cuidador tras la información recibida al alta no se corresponde con la percepción que de la misma tiene el médico, hecho avalado por distintos estudios1,2. Diversos autores han estudiado qué factores pueden mejorar la comprensión de las instrucciones, entre ellos el uso de vídeos o imágenes3. El diseño como ensayo clínico y la inclusión de distintos diagnósticos confieren a este estudio una especial relevancia.
Validez o rigor científico: aunque se trata de un ensayo clínico con evidentes limitaciones para el cegado, el hecho de que los encargados de evaluar los cuestionarios conocieran el grupo de asignación puede introducir un sesgo, puesto que cada pregunta se puntuaba entre 0 y 4 puntos, aunque, según los autores, la puntuación se hizo siguiendo clasificaciones predeterminadas. Conocedores de este hecho, el 20% de los cuestionarios de cada diagnóstico se seleccionó aleatoriamente para comprobar de forma independiente la puntuación asignada. Otras limitaciones del estudio son la ausencia de estimación previa del tamaño muestral; el reclutamiento no exhaustivo, puesto que los entrevistadores realizaron la captación en un horario limitado; la recogida de la información en una horquilla demasiado amplia (entre dos y cinco días, sesgo de memoria); y las pérdidas de seguimiento en el límite de la invalidación (20%). Por último, los autores compararon las medias de las puntuaciones pero no se especifica que comprobaran la normalidad de las distribuciones, por lo que es posible que hubieran tenido que comparar las medianas.
Importancia clínica: la puntuación media fue superior de forma estadísticamente significativa en el grupo informado por vídeo, pero la diferencia entre las medias es inferior a cuatro puntos, es decir, una sola pregunta fallada es la que separa a un grupo de otro. Lo mismo ocurre con el análisis por subgrupos en función del diagnóstico, a excepción del diagnóstico de asma, donde no se encuentran diferencias y los autores lo atribuyen a la cronicidad del asma, con la consiguiente mayor información de base en estos pacientes. Hubiera sido deseable establecer algún criterio de relevancia clínica más que limitarse a comparar puntuaciones medias, puesto que la puntuación máxima obtenida en el grupo “mejor informado” apenas superaba el 50% de la máxima, lo que no deja en buen lugar la calidad de la información. Asimismo, para comprobar la utilidad de la intervención no basta con mostrar la mejoría del conocimiento teórico, debe comprobarse el beneficio en variables de cumplimiento terapéutico o evolución clínica del paciente.
Aplicabilidad en la práctica clínica: cualquier medida que aumente la claridad y la comprensión de la información a los cuidadores de pacientes pediátricos es deseable, pero el actual estudio presenta las suficientes lagunas como para dudar de que el uso del vídeo sea la solución al problema. Los futuros investigadores del tema tendrán que plantearse una medida de resultado clínicamente relevante, más que estadísticamente significativa, si se pretende que los esfuerzos en esta área tengan una repercusión en la salud de la población o en el consumo de recursos sanitarios.
Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.
Ibáñez Pradas V, Martin Muñoz P. El uso de vídeos mejora la comprensión de la información médica en Urgencias. Evid Pediatr. 2013;9:68.
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