Revisores: Lojo Pons P, González Rodríguez MP.
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Objetivo: conocer si convivir con niños protege a los adultos de la infección por COVID-19.
Diseño: estudio de cohortes longitudinal con seguimiento desde el 1 de marzo de 2020 al 12 de octubre de 2020.
Emplazamiento: centros sanitarios de Escocia.
Población de estudio: se incluyeron 310 097 adultos residentes en un domicilio de un trabajador sanitario con edades comprendidas entre 18 y 65 años.
Los convivientes se identificaron mediante diferentes registros de pacientes del Servicio Nacional de Salud escocés. Se relacionaron estos datos con varias bases que registraban pruebas de SARS-CoV-2, hospitalización, ingreso en cuidados intensivos y muerte.
Evaluación del factor de riesgo: se valoró la exposición en el domicilio a niños de 0-11 años. El análisis adicional examinó el riesgo relacionado con el número de niños de 0-4 años, de 5-11, de 12-17 y otros adultos mayores de 18 años.
Medición del resultado: la variable principal fue la infección por COVID-19 que requirió hospitalización. Las variables secundarias fueron cualquier infección por COVID-19 (cualquier test positivo para SARS-CoV-2) y COVID-19 grave (definido por test positivo 28 días antes del ingreso en UCI o muerte). Se calculó el riesgo de infección por COVID-19 que requirió hospitalización, cualquier COVID-19 y COVID-19 grave usando una regresión de Cox. Se presentaron estimaciones del efecto para modelos mínimos ajustados por edad, modelos completos que incluyeron todas las covariables y modelos intermedios. También se realizó un análisis de sensibilidad incorporando covariables nacionales y/o restringiendo la población examinada. Se realizó análisis de factores de confusión, con datos obtenidos de los registros, que incluyeron edad, sexo, nivel socioeconómico, comorbilidad previa, horas de trabajo y tipo de ocupación del trabajador sanitario.
Resultados principales: de los 310 097 adultos, 241 266 (78%), 41 198 (13%), 23 783 (7,8%) y 3850 (1,2%) compartían su domicilio con 0, 1, 2 y 3 o más niños, respectivamente. Al comparar con los que no vivían con niños, el riesgo de hospitalización por COVID-19 disminuyó progresivamente al aumentar el número de niños, encontrándose un hazard ratio no ajustado (HR; cociente de riesgos instantáneos) por cada niño adicional de 0,77 (intervalo de confianza del 95% [IC 95] 0,65 a 0,90). Tras ajuste por posibles factores de confusión, como el género, deprivación, tipo de trabajo, rol profesional, tiempo de trabajo, número de adolescentes y adultos en casa, comorbilidad y jornada laboral (corta/larga), el HR ajustado (HRa) fue de 0,93 (IC 95: 0,79 a 1,10).
El riesgo de cualquier infección por COVID-19 se redujo de manera similar, siendo estadísticamente significativo con HR por niño de 0,93 (IC 95: 0,88 a 0,98). Esta asociación inversa fue mayor en adultos convivientes con niños preescolares (0-4 años) con un HR de 0,88 (IC 95: 0,88 a 0,96).
Tras la apertura de colegios en agosto de 2020, no se vio asociación entre la exposición a los niños y mayor riesgo de COVID-19, con un HRa de 1,03 (IC 95: 0,92 a 1,14).
Conclusión: entre marzo y octubre de 2020, convivir con niños pequeños se asoció a una disminución del riesgo de desarrollar cualquier infección de COVID-19 y COVID-19 que requiriese hospitalización, incluido el periodo de reapertura de los colegios.
Conflicto de intereses: Anoop Shah es propietario de dos guarderías.
Fuente de financiación: David McAlister está financiado vía Wellcome Trust Intermediate Clinical Fellowship and Beit Fellowship. Anoop Shah está financiado por British Heart foundation through an Intermediate Clinical Research Fellowship.
Justificación: los niños parecen tener una protección relativa a la infección por SARS-CoV-2, con menor número de síntomas y de su gravedad. Esta protección podría estar relacionada con factores como diferente inmunidad, mayor número de infecciones previas, inmunidad frente a coronavirus y protección a través de las vacunas, entre otros1. Se podría pensar que los adultos que conviven con niños o están en contacto con ellos desarrollasen cierto grado de protección en relación con una posible inmunidad cruzada. Este estudio analiza si el riesgo de COVID-19 es menor en los adultos que conviven con niños.
Validez o rigor científico: estudio de cohortes prospectivo poblacional bien diseñado. La población de estudio está bien definida. Se registraron los convivientes de los trabajadores sanitarios y los registros de infección por COVID-19 e ingreso hospitalario de manera clara y definida. Se cuantificó la exposición y el efecto, registrando las variables de resultado en función del número de niños convivientes, haciendo un seguimiento durante 7 meses sin pérdidas. Se tuvo en cuenta el tiempo de exposición y el diagnóstico posterior de COVID-19 hasta 28 días después del contacto con el conviviente relacionado, para asociar dicha infección a esa exposición. Se realizó análisis de los factores de confusión.
Importancia clínica: el riesgo de COVID-19 que requirió hospitalización se redujo con el aumento de niños convivientes, con una reducción del 23% por cada niño adicional (HR 0,77; IC 95: 0,65 a 0,90). Sin embargo, esta asociación no es significativa al realizar análisis ajustado (HRa 0,93; IC 95: 0,79 a 1,10).
El riesgo de cualquier infección por COVID-19 se redujo un 7% por niño (HR 0,93; IC 95: 0,88 a 0,98). Esta asociación inversa fue mayor en adultos convivientes con niños preescolares (0-4 años; HR 0,88; IC 95: 0,88 a 0,96).
Estos resultados son similares a los de otras publicaciones. En el estudio del grupo2 OpenSAFELY realizado en el Reino Unido, en una población de 12 millones de personas, en los adultos conviventes con niños de 0-11 años no aumentó el riesgo de infección por COVID-19. Un estudio en Dinamarca3 concluye que vivir con niños pequeños aumenta el riesgo de infección por SARS-CoV-2 (HRa: 1,10; IC 95: 1,08-1,12), aunque no aumenta el riesgo de hospitalización.
En conjunto, los resultados apuntan que vivir con niños no se asocia a un aumento de infección grave u hospitalización. Incluso puede haber disminución de la infección. El hecho de que dicha transmisión no varíe con el inicio del curso escolar puede ser relevante ante la decisión de mantener los centros educativos abiertos en momentos de alta propagación comunitaria del SARS-CoV-2.
Aplicabilidad en la práctica clínica: los adultos conviventes con niños durante la pandemia COVID-19 no tuvieron un mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2. Esto proporciona información para mantener la convivencia con los menores, incluso en los periodos de apertura escolar y con niveles altos de transmisión comunitaria.
Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.
Lojo Pons P, González Rodríguez MP.La convivencia con niños no aumenta el riesgo de COVID-19 en los trabajadores sanitarios.Evid Pediatr. 2022;18:40.
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