Septiembre 2018. Volumen 14. Número 2

Sexting entre adolescentes: una práctica en aumento

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Revisores: Fraile Astorga G, González Rodríguez MP.

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Resumen Estructurado

Objetivo: conocer la prevalencia de envío de contenidos de tipo sexual a otras personas por medio de teléfonos móviles u ordenadores (sexting) en relación con la edad, sexo, área geográfica y método.

Diseño: revisión sistemática con metanálisis.

Fuente de datos: se realizó una búsqueda en MEDLINE, PsycINFO, EMBASE y Web of Science entre enero de 1990 y junio de 2016. No se aplicó restricción de idioma ni publicación. Además, se revisaron las referencias bibliográficas de los artículos encontrados y se hizo una búsqueda de literatura gris en línea.

Selección de estudios: dos revisores seleccionaron los artículos siguiendo las recomendaciones PRISMA y una lista de 9 puntos críticos para clasificar los estudios en baja, intermedia o alta calidad. Las discrepancias se resolvieron por consenso. Los criterios de selección fueron: 1) participantes menores de 18 años; 2) publicación de prevalencia de uno o más variantes de sexting (enviar; recibir; reenviar sin consentimiento; o tener contenido reenviado sin consentimiento), 3) definición de sexting como enviar, recibir o reenviar imágenes, vídeos o mensajes sexualmente explícitos; 4) publicación tanto de la prevalencia como del tamaño muestral, y 5) estudio disponible en inglés. Se identificaron 1147 estudios de los que 122 se revisaron y finalmente se seleccionaron 39 (110 380 participantes).

Extracción de datos: se extrajo prevalencia y tamaño muestral, así como posibles variables moderadoras: edad, sexo, año de recogida de datos, vehículo de sexting (teléfono móvil u ordenador), contenido del mensaje (imagen, vídeo, texto), localización geográfica, y estado de publicación del estudio. Se estimaron las medidas de prevalencia media con su intervalo de confianza del 95% (IC 95) siguiendo modelo de efectos aleatorios (Comprehensive Meta-analysis, Biostat) por cada variante de sexting. Se evaluó el sesgo de publicación mediante funnel plot y prueba de Egger, y la heterogeneidad con el estadístico Q e I2. Se realizó metarregresión.

Resultados principales: los 39 estudios se clasificaron en: enviar (34 estudios), recibir (20), reenviar sin consentimiento (5), o tener contenido reenviado sin consentimiento (4). La media de edad fue de 15,16 años (11,9 a 17), y de sexo varón en el 47,2%. El 56,4% de los estudios fueron realizados en EE. UU., el 30,8% en Europa, y el resto en Australia, Canadá, Sudáfrica y Corea del Sur. Un 20,5% de los estudios estaban sin publicar.

La prevalencia media de enviar contenido fue de 14,8% (IC 95: 12,8 a 16,8), y de recibir contenido de 27,4% (IC 95: 23,1 a 31,7); con un incremento según aumenta la edad, y el año del estudio; es mayor desde teléfonos móviles frente ordenadores, y no tiene influencia por sexo, localización geográfica, contenido o estado de publicación del estudio.

La prevalencia media de reenviar contenido sin consentimiento fue de 12,0% (IC 95: 8,4 a 15,6), y de tener contenido reenviado sin consentimiento de 8,4% (IC 95: 4,7 a 12,0) sin cambios por las variables modificadoras.

Conclusión: la prevalencia de sexting ha aumentado en los últimos años y aumenta con la edad de los jóvenes. Son necesarios más estudios acerca del sexting no consentido y sus consecuencias y que forme parte de los programas de educación sexual.

Conflicto de intereses: los autores declaran que no tienen conflicto de intereses

Fuente de financiación: financiado por Alberta Children’s Hospital Foundation y el Canada Research Chairs Program.

Comentario Crítico

Justificación: el sexting se está convirtiendo en una práctica cada vez más habitual, pero hay una gran variabilidad en la prevalencia publicada en los diferentes estudios, además de tener diferentes rangos de edad y localizaciones geográficas1,2. Su importancia radica en que se ha asociado con conductas de riesgo3,4 y en que su uso no consentido puede derivar en ciberacoso5. El objetivo de esta revisión sistemática es conocer la prevalencia del sexting en menores de edad agrupando la literatura médica previa existente.

Validez: diseño correcto, con una buena definición de los objetivos y las variables resultado, y una detallada estrategia de búsqueda, incluida literatura gris. Solo se incluyeron artículos en inglés. Se siguió una lista estandarizada para la evaluación de la calidad de los estudios primarios, y se midió de forma correcta la heterogeneidad. La principal limitación del metanálisis es la variabilidad en la definición de sexting por los diferentes estudios primarios, y el pequeño número de estudios incluidos en la categoría de sexting sin consentimiento.

Importancia clínica: este estudio describe que un 14,8% de los adolescentes envían mensajes de contenido sexual, y un 27,4% los recibe. Además, un 12% ha reenviado contenido sexual sin consentimiento y un 8,4% tiene contenido sexual reenviado sin consentimiento.

Es decir, que, según estos resultados, el sexting es una práctica habitual. El estudio pone en evidencia una prevalencia en aumento en los últimos años, creciente con la edad, y de preferencia en dispositivos móviles (en posible relación con la generalización de estos a edades cada vez más tempranas en los últimos años). Este metanálisis no encuentra diferencias entre ambos sexos ni en el sexting consentido ni en el sexting no consentido.

El envío de mensajes sexuales a través de los dispositivos móviles entre adolescentes ha sido analizado en otros estudios. Su uso se ha descrito como factor de riesgo para el comienzo temprano de relaciones sexuales, sexo sin protección, embarazo en la adolescencia y aumento de enfermedades de transmisión sexual, así como ciberacoso3-5.

Aplicabilidad en la práctica clínica: el sexting puede suponer una práctica con riesgos en adolescentes, y sobre todo a edades más tempranas, por lo que se debería integrar en programas de educación sexual, así como adecuar la legislación para los casos de sexting sin consentimiento y sus potenciales consecuencias.

Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.

Bibliografía

  1. Gámez-Guadix M, de Santisteban P, Resett S. Sexting among Spanish adolescents: prevalence and personality profiles. Psicothema. 2017;29:29-34.
  2. Olatunde O, Balogun F. Sexting: prevalence, predictors, and associated sexual risk behaviors among postsecondary school young people in Ibadan, Nigeria. Front Public Health. 2017;5:96.
  3. Benotsch EG, Snipes DJ, Martín AM, Bull SS. Sexting, substance use, and sexual risk behavior in young adults. J Adolesc Health. 2013;52:30713.
  4. Rice E, Gibbs J, Winetrobe H, Rhoades H, Plant A, Montoya J. Sexting and sexual behavior among middle school students. Pediatrics.2014; 134: e21-8.
  5. Choi H, Van Ouytsel J, Temple JR. Association between sexting and sexual coercion among female adolescents. J Adolesc. 2016;53:164-8.

Cómo citar este artículo

Fraile Astorga G, González Rodríguez P. Sexting entre adolescentes: una práctica en aumento. Evid Pediatr. 2018;14:25.